Impacto del comercio en línea en el medio ambiente urbano

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El e-commerce en México ha visto un aumento extraordinario, logrando en 2024 un nivel histórico de 789,700 millones de pesos, lo cual indica una subida del 20% en comparación con el año previo. Este crecimiento, no obstante, presenta importantes retos en cuanto a la sostenibilidad ecológica.

Uno de los principales retos es la llamada «última milla», es decir, el tramo final de entrega al consumidor. En ciudades como la Ciudad de México, donde se concentra aproximadamente el 30% de los clientes de comercio electrónico, el aumento en el número de entregas ha intensificado el tráfico urbano y, en consecuencia, las emisiones de gases de efecto invernadero. Además, se estima que alrededor del 23% de las compras en línea son devueltas, lo que genera un impacto adicional en recursos y emisiones.

La complejidad de la última milla no solo radica en términos económicos, sino también en su impacto ambiental. El tráfico, la falta de infraestructura adecuada y la alta demanda de entregas inmediatas dificultan la adopción de prácticas sostenibles.

Para reducir estos impactos, diversas compañías están utilizando la tecnología. Un ejemplo es el empleo de inteligencia artificial y análisis de datos que facilita la optimización de rutas de entrega al instante, disminuyendo tanto el tiempo como las emisiones de CO₂, especialmente en áreas con mucho tráfico. De igual manera, la automatización en la organización de paquetes acelera los procedimientos y disminuye el gasto de combustible.

El uso de vehículos eléctricos y soluciones de empaque sostenible también se están promoviendo, aunque la transición hacia estas prácticas aún es lenta en el sector. A pesar de que el 70% de los consumidores mexicanos están dispuestos a pagar más por empaques reciclables, muchas empresas continúan utilizando plásticos de un solo uso, y la adopción efectiva de empaques ecológicos no es generalizada.

Pequeñas y medianas empresas pueden competir empleando tecnologías asequibles, trabajando en conjunto a nivel local y transmitiendo su dedicación hacia la sostenibilidad. Para impulsar esta transformación, se sugieren beneficios fiscales para tecnologías limpias y regulaciones rigurosas en contra de los plásticos.

El cliente igualmente desempeña un rol vital en este proceso. Adquirir productos de manera consciente, disminuir las devoluciones y reciclar los envases son prácticas que aportan de forma considerable a la sostenibilidad del comercio en línea. De este modo, la responsabilidad no descansa solo en las compañías, sino también en las elecciones deliberadas de los clientes.